31.5.09

LUCHAR, PERO CON DISCERNIMIENTO


Cuando se pide la luna, es difícil que alguien pueda traerla, pero algunos piden la luna porque saben que no se le puede dar. Allí está lo malo. Esto es sabotaje a la producción, que encarece, por que nada vale subir los salarios si dejamos que suban los precios en la misma proporción. Vamos a llegar a que el "Standard" de vida no va a aumentar. Lo que el hombre necesita no son pesos, sino bienes para vivir, para aumentar su "Standard " de vida para ser feliz. La plata no representa bienes, porque cuando han perdido su valor adquisitivo por la elevación exagerada de los precios, es inútil tener mucho dinero. Son los bienes los que el hombre atesora y no el dinero. El dinero es para los que lo trabajan y le dan valor.

Otra colaboración a esta campaña contra nuestra propia causa está en muchos casos en algunos dirigentes gremiales que se han puesto de acuerdo con los patrones para aumentar los salarios y los precios. No se dan cuenta que si fabrican medias y les dan 1 peso más de salario, pero les cuesta 1 peso mas cada par de media, queda sin efecto el aumento obtenido. Esos acuerdos los he descubierto porque hace poco vinieron a verme patrones para decirme que iban a aumentar los precios "por que los obreros..." preguntamos al sindicato y nos dijo que no habían solicitado aumento de ninguna naturaleza. De manera que ésta es una maniobra que se viene realizando para poder aumentar el valor de las cosas. ¿No ven que en algunos gremios no pueden ganar más que el 18%? Pero el 18% en el volumen 10 no es lo mismo que el 18% en el volumen 100. En un caso son 1.8 y en el otro 18 pesos. Entonces ellos aumentan el volumen de venta con los precios y en el volumen de venta aumentan las ganancias. Si el obrero entra en esa combinación, ¿de que le vale que gane más si lo que compra le cuesta más? No se debe perseguir ganar mucho si no obtener mayor número de bienes. Esa es la base sobre la cual hay que mantener los precios y no prestarse a ese tipo de maniobra.

Se que muchas de estas cosas se hacen por inconciencia. Hay también una influencia política o una influencia patronal. Muchos obreros que inconcientemente colaboran. ¿Por qué? Y... por que les falta discernimiento de las cosas. Se prestan a una campaña o a una maniobra inconcientemente; otros con pleno conocimiento. Lo que el hombre necesita tener para poder fijar su conducta es eso casualmente, discernimiento. Pensar si esas medidas van en contra de la economía social o a favor de la economía social. Eso es lo que debe dominar cada uno de los trabajadores, por que se esta luchando por la causa de ellos. Nosotros no luchamos por otra cosa; lo hacemos exclusivamente por lo mismo que estamos luchando desde hace cinco años. No somos los charlatanes a que estábamos acostumbrados, que decían que luchaban pero no lo hacían. Nosotros luchamos en todos los terrenos y nos hemos expuesto a todo para obtener el éxito en nuestra campaña. Hemos de seguir luchando por la misma causa, pero necesitamos el apoyo consiguiente de la clase trabajadora, que es la directamente beneficiada.

He querido interesarlos de todas estas circunstancias para poder encaminarnos en esta lucha de conjunto, porque ésta, va a volver a venir como 1945. ¿Por que? Porque se han organizado ahora de nuevo y vuelven a la carga. Tenemos entonces que prepararnos nosotros también para resistir. Es la única manera.

¿El objetivo final de esta maniobra? Para los patrones, volver a 1943. Es bien claro. Para los comunistas, porque ese es el terreno donde ellos tienen mayor ventaja para la lucha. No es el terreno de la justicia social el que les es propicio. Nosotros lo venimos demostrando. De manera que si los comunistas trabajan lealmente en defensa de la clase trabajadora, no pueden estar en el campo del sabotaje, contra lo que va a representar el triunfo y el éxito final de ella.

Aquí hay que despojarse de toda mentira para entrar en la realidad. No se defiende a la clase trabajadora saboteando las medidas que la benefician. Se defiende poniéndose a su servicio.

Juan Domingo Peron con Dirigentes Gremiales - 18 de junio de 1948

24.5.09

Un poco de "PERON" pa´ los cumpas....




(extractos) sobre los medios de desinformacion

"...los Imperialismos se sustentan en algo mas serio que la simple publicidad. A ellos no le es suficiente publicar un aviso para vender su articulo, sino que deben imponerlo a toda costa, y para eso no es uficiente avisar. Por eso los estados han creado todo un servicio publicitario, disfrazarlo con diversos nombres o siglas.Este sevicio comprende toda una organizacion que involucra a la que hace o inventa la noticia, la estudia, la explota, la depura, la distribuye y la reproduce.
Es claro que todo este organismo, que comprende las llamadas fuentes de informacion y empresas internacionales de noticias, obra con un designio que se imparte como objetivo desde un lugar central que dirige y comanda el grupo.

Si desde un diario se puede hacer un chantaje a una persona, desde esta organizacion se lo puede hacer a toda una nacion.Por este medio se puede llevar el descredito a un gobierno y a un pueblo entero a la guerra.

...Cuando se habla de " opiniones independientes" de los grandes diario con insistencia sospechosa en numerosos organos de distintos paises, puede individualizarse perfectamente la organizacion del monopolio que abarca el "trust" de publicidad dirigido por las grandes centrales de los paises. Los congresos internacionales de editores no son otra cosa que reunione sui generis de directorio o de empleados que van a esas centrales a recibir instrucciones. El pueblo les ha llamado con propiedad " la voz del amo".

...En su mayoria, estos diarios, que invocan aqui y alla a la opinion publica, no la representan en manera alguna. Pretenden encaminar a esa opinion hacia los intereses u objetivos que defienden, no siempre confesables, lo que los obliga a ocultarse tras el engaño que invocan.

Las campañas sincronizadas a base de noticias fabricadas, calumnias inauditas y falsedades dea puño no son en manera alguna peligrosas para nadie, pues los pueblos han llegado a descubrir la verdad a traves de la mentira. Sin embargo, esos diario tendran su mejor castigo en el hecho de que cuando digan la verdad nadie se la va a creer."

Juan Domingo Peron

21.5.09

Biolcatti: el odio de la Sociedad Rural por Evita



Por Gabriel Fernández


Es difícil contestar los comentarios de Biolcatti sobre Evita.

¿Por qué?

Uno intenta rastrear contundencias, recobrar adjetivos, inventar condenas.

Sostener repudios.

Entonces, se me ocurren cosas tremendas: desde epítetos directos hasta sutiles tramas que denotan la grandeza de nuestra jefa espiritual por sobre la pequeñez del miembro de la Sociedad Rural.

Y no hay nada, no aparece nada, créame, que logre equipararse al odio pesado, definitivo, del oligarca.

Uno piensa que va a dar un mazazo contundente y, como es habitual, apenas desgrana la ingenua bronca del hombre del pueblo contra el poderoso.

Cuesta tanto odiar en esa dimensión que uno se siente tonto, apocado, limitado.

Lo que para ellos, hombres como Biolcatti, es un movimiento interior natural que se condice con su historia, su entorno y su política, para este periodista es un esfuerzo singular. Un ponerse en situación. Un forzarse a uno mismo: debo odiarlo.

(Pero vio, lector: no nos sale. Lo que solemos considerar una profunda ansia de revancha, cándido re-sentir a zapatazo limpio, matonaje peronista o violencia piqueteril, no es más que bronca y razón frente a seres que oscurecen la vida con su presencia.)

Uno se enoja con Biolcatti.

Pero Biolcatti ha superado esa vaga sensación hace rato; otra que enojo: el tipo ha sido cómplice de un gobierno que torturó mujeres embarazadas.

Sabe tomar el pulso y discernir cuándo alguien vive y cuándo alguien muere.

Los Biolcatti han violentado el cuerpo de Eva y han asesinado a miles de sus herederas.

Han creado campos de concentración y han barrido con los delegados obreros.

Han secuestrado niños y han saqueado una nación.

¿Quién puede responder, con la misma intensidad, al odio de ese hombre?

Creo que es imposible, porque como ha narrado Blades, no todos somos iguales.

Horas atrás, con los ojos llenos de furia, un humilde compañero me decía: a ese sorete habría que cagarlo a trompadas.

Se le antojaba, en su candor, el colmo de las venganzas. ¡Alguien debería hacerlo!

Biolcatti ha superado, también hace mucho, esas reyertas con resabios de nobleza: cada pibe que mendiga en nuestras calles es, qué duda cabe, producto suyo, de José Martinez de Hoz, de Domingo Cavallo.

Cada piba prostituída por la fuerza o por la falta de trabajo, cada varón desconcertado por un desempleo humillante, cada subocupado condenado a aceptar condiciones inadmisibles, cada ratero que tuvo que inventarse el laburo, cada cartonero que anda con la familia en las frías madrugadas, son Made in Biolcatti.

Eso es odiar, amigos.

Lo nuestro es afán de justicia, comprensión permanente, un insulto al pasar, hasta algunas agresiones que remedan un ataque.

El cachetazo de Luis D'Elía a un golpista. La piña de un joven sobre Alfredo Astiz. Las pullas de los manifestantes contra Roberto Alemann.

Biolcatti supone que el peronismo necesita auto engañarse y fingir que Esa Mujer está viva a través de una actriz.

Después de 70 años de ganar elecciones democráticas. Y de sufrir golpes de Estado orientados a anular la voluntad popular.

Ahora bien: quién sabe ¿no?

En una de esas algo resulta cierto; la inyección de vitalidad que los trabajadores de la Patria le dieron a Evita la mantienen, de algún modo, viva entre nosotros.

Y en una de esas Biolcatti, que anda caminando por ahí, sale en fotos y brinda arengas, está muy muerto.

En una de esas Biolcatti, con su perfume y sus camionetas y sus casonas, hiede.

En una de esas el hombre es un líder real, y encarna a un país que agoniza y derrama sobre todo lo vital un inconfundible aroma a putrefacción.

Frente a tus desprecios y a tus torturas, frente a tus crímenes y a tus robos, frente a tu odio miserable y a tu rencor infinito, Biolcatti, te hago llegar un sencillo pito catalán.

Así podrás decir, entre puros y vinos finos, en amable rueda de amigos: estos tipos no joden a nadie.

Es así nomás. No sabemos odiar a tu altura.

Pero acá estamos. Eso te saca de quicio.

Pasa el tiempo y acá estamos.

Tomando unos mates con María Eva Duarte de Perón, quien se ve tan hermosa, tan vital, tan joven, que no lo podrías creer.


Asociación de Comunicadores de Argentina por Internet

acapi.companerosdelaweb@gmail.com



15.5.09

PATTI ASESINO DE PERONISTAS

CONVOCATORIA


Convoco a los que todos los días se levantan
y salen a yugarla por migajas que no alcanzan,
a que se rebelen.

Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir
al templo que envejece los corazones.

Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera,
buscando una razón.

Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber
a pesar de sus buenas intenciones.

Convoco a los que no comen lo suficiente ni se abrigan lo necesario
y tienen sed torrencial.

Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás
ambicionar más de la cuenta.

Los convoco a dar vuelta el pulóver, a pegarle al prepotente
y a escupir en la cara a los que no han sido convocados.

Los convoco a romper lo que no sirve,
a perpetrar los robos necesarios,
y a recuperar lo perdido.

Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas
donde encerrados están los condenados.

Los convoco a abrir las cárceles a ventilar las tumbas
y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte.

Los convoco a abrazarse en las plazas del país, a escribir los muros,
y a fusilar a los fusiladores.

Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas.

Los convoco a agitar banderas y colores
y correr liberados por las calles y por los campos húmedos de rocío.

Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta,
a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar.

Y si, a ésa convocatoria por impolítica no concurre nadie,

¡Mala leche! Quedan entonces convocados al entierro de la vida
del que tuvo ésta pésima idea.

Sí a ésta convocatoria vienen algunos, pero no todos los convocados,
no importa, en la próxima seremos más.

Y, si a ésta convocatoria, vienen todos los convocados,
la cordura habrá invadido en Revolución nuestro país para siempre.

Eduardo "Carlon" Pereyra Rossi

14.5.09

DOS VIRTUDES ESCENCIALES





Se dice que cuando Dios creó el mundo, para que los hombres prosperasen decidió concederles dos virtudes. a.. A los suizos les hizo ordenados y cumplidores de
la Ley.

b.. A los ingleses les hizo persistentes y estudiosos.

c.. A los japoneses les hizo trabajadores y pacientes.

d.. A los italianos alegres y románticos.

e.. A los franceses les hizo cultos y refinados.
Y cuando llegó a los argentinos.. ., se volvió hacia el ángel que tomaba nota y le dijo:

Los argentinos van a ser inteligentes, buenas personas y ANTIPERONISTAS

Cuando acabó de crear el mundo, el ángel le dijo a Dios:
'Señor, le diste a todos los pueblos dos virtudes y a los argentinos tres. Esto hará que prevalezcan sobre todos los demás!'

Dios reaccionó y dijo: Tienes razón..... bueno, como las virtudes divinas no se pueden quitar... que los argentinos a partir de ahora puedan tener cualquiera de las tres, pero la misma persona no podrá tener más de dos virtudes a la vez. Así es que:

El argentino que sea ANTIPERONISTA y buena persona, no puede ser ... inteligente.

El que es inteligente y ANTIPERONISTA, no puede ser... buena persona.

Y el que es inteligente y buena persona, no puede ser.... ANTIPERONISTA.
Es Palabra de Dios.

Si no envías ésto a todos tus contactos en menos de 5 minutos, recibirás un poster gigante con la cara de LA GORDA CARRIO, MACRI, MARIANO GRONDONA, LOS GARCAS DEL CAMPO, BERNARDO NEUSTAD, LAS VIEJAS DE BARRIO NORTE Y RECOLETA,ETC. .
Dios se apiade de tu alma !!!!!!.

Yo, QUE SOY ATEO, convicto y confeso, por las dudas lo mando.

Gentileza de: El hurón de Alsina

1.5.09

1º de mayo / dia internacional de los trabajadores ( parte 1 / la historia)

PARTE 1 / LA HISTORIA

Los hechos que dieron lugar esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda ciudad de EE.UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de 8 horas. El hacer valer la máxima: «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa». En este contexto se produjeron varios movimientos, en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, salvo caso de necesidad. Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.

La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), inicialmente socialista (algunas fuentes señalan el origen anarquista). En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas. En caso de no obtener respuesta a este reclamo, se iría a una huelga. Recomendaba a todas las uniones sindicales a tratar de hacer promulgar leyes con ese contenido en todas sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de todas las organizaciones, que veían que la jornada de ocho horas posibilitaría obtener mayor cantidad de puestos de trabajo (menos desocupación). Esos dos años acentuaron el sentimiento de solidaridad y acrecentó la combatibilidad de los trabajadores en general.

En 1886, el presidente de Estados Unidos Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes que permitían trabajar jornadas máximas de 8 y 10 horas (aunque siempre con cláusulas que permitían hacer trabajar a los obreros entre 14 y 18 horas). Las condiciones de trabajo eran similares, y las condiciones en que se vivía seguían siendo insoportables.

Como la Ley Ingersoll no se cumplió, las organizaciones laborales y sindicales de EE.UU. se movilizaron. La prensa calificaba el movimiento en demanda de las ocho horas de trabajo como «indignante e irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestando que era «lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo».

La convocatoria de huelga

La "Noble Orden de los Caballeros del Trabajo" (la principal organización de trabajadores en EE.UU.) remitió una circular a todas las organizaciones adheridas donde manifestaba: «Ningún trabajador adherido a esta central debe hacer huelga el 1° de mayo ya que no hemos dado ninguna orden al respecto». Este comunicado fue rechazado de plano por todos los trabajadores de EE.UU. y Canadá, quienes repudiaron a los dirigentes de la Noble Orden por traidores al movimiento obrero.

En la prensa del día anterior a la huelga, el 29 de abril de 1886, se podía leer: «Además de las ocho horas, los trabajadores van a exigir todo lo que puedan sugerir los más locos anarco-socialistas». El New York Times decía: «Las huelgas para obligar al cumplimiento de las ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria, disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra nación, pero no lograrán su objetivo». El Filadelfia Telegram decía: «El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate: piensa precisamente en estos momentos en iniciar una huelga por el logro del sistema de ocho horas». El Indianápolis Journal decía: «Los desfiles callejeros, las banderas rojas, las fogosas arengas de truhanes y demagogos que viven de los impuestos de hombres honestos pero engañados, las huelgas y amenazas de violencia, señalan la iniciación del movimiento».

El día 1 de mayo, la huelga


El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.
En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fabrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola McCormik que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2 la polícia había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.

El redactor del Arbeiter Zeitung Fischer corrió a su periódico donde proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25.000 octavillas. La proclama decía:

Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!

¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.

La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como Revuelta de Haymarket.

La revuelta de Haymarket

Se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20.000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. La policía abrió fuego contra la multitud matando e hiriendo a un número desconocido de obreros.

Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.

Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa con citas como:

Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!

La Prensa reclamaba un juicio sumario por parte de la Corte Suprema, y responsabilizando a ocho anarquistas y a todas las figuras prominentes del movimiento obrero.

El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, que luego quedaron en 8. Las irregularidades en juicio fueron muchas violándose todas las normas procesales de forma y de fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca.

Prisión
A muerte en la horca

El 11 de noviembre de 1887 se consumó la ejecución de:

Relato de la ejecución por José Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires (Argentina):

...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...

El Crimen de Chicago costó la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes: italianos, españoles, alemanes, rusos, irlandeses, judíos, polacos y eslavos.

Consecución de la jornada laboral de ocho horas


A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».

La consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inlfexión en el movimiento obrero mundial. El propio Federico Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 de El manifiesto comunista dice:

Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejercito, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de Paris. El espectáculo de hoy demostrara a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. !Oh, si Marx es tuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos![1] [